El blog de Guillermo Schavelzon
Hay escritores que trabajan en su obra, sin preocuparles por si ese trabajo será remunerado o no. Otros, consideran que escribir es un trabajo profesional, por lo que corresponde que se les remunere como tales.
Borges nunca se preocupó por cobrar por sus cuentos o poemas, vivía de su trabajo en el municipio, de colaboraciones periodísticas, luego de dar conferencias y de su salario como director de la Biblioteca Nacional, pero nunca de sus derechos de autor. Igual que Juan Rulfo, que en vida solo publicó dos breves libros que, aunque transformaron la literatura en español del siglo veinte, tenían muy poca venta. Para vivir, Rulfo trabajó toda la vida como editor de un organismo gubernamental. En esa época, la edición todavía era una actividad cultural, ahora, es una actividad industrial, como tal, lo que prima es la rentabilidad.
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